martes, 30 de octubre de 2012

Amor significa Libertad: Romper las cadenas emocionales



El amor tiende siempre a ir más
lejos, pero tiene un límite, el que,
sobrepasado, lo torna en odio.

Simone Weü

En cuestiones de amor y de establecimiento de relaciones, deben de existir límites, donde podamos permanecer sin ataduras ni temores, sin renunciar a nuestro Ser, ni a nuestra libertad.

Es por esto que en esta ocasión, traemos a ustedes un escrito de Jaime Jaramillo (2012), quien aborda el miedo como uno de los factores que inciden negativamente en la relaciones y contribuyen a mantener el sufrimiento estancado.

¡Deseamos te aporte para la construcción de tu Libertad Emocional!

“El verdadero enemigo de las relaciones es el miedo, que nos roba la tranquilidad interior y nos lleva a dejar de ser nosotros mismos para complacer a otros y es allí donde encontramos la tristeza y la soledad. El amor significa libertad.

1
Una pareja de indios que se amaban locamente y tenían mucho miedo de perder ese amor fueron adonde el hechicero de la tribu para que les preparara un bebedizo mágico que les asegurara el amor eterno. El chaman les dijo: “Les puedo preparar esa pócima, pero antes cada uno debe de ir solo a cazar un halcón y un águila, sin hacerles daño y traerlos vivos. La india traerá al halcón y el fuerte joven el águila real”. A la semana los dos jóvenes regresaron, creyendo que esas preciosas aves que habían cazado iban a ser sacrificadas para extraer si sangre y preparar el antídoto mágico, pero para sorpresa de ellos, el anciano aseguró: “Amárrenlas una a la pata de la otra con un lazo de cuero y suéltenlas. La pareja de enamorados obedeció. En medio de la polvareda que hicieron las dos aves, tratando de levantar vuelo, cayeron varias veces al piso y desesperadas por no poder volar libremente, arremetieron violentamente contra ellas a picotazos, lastimándose y haciéndose mucho daño mutuamente. Después de que ellos, aterrados, vieron lo que sucedió, el hechicero expresó: “En el amor no se puede tener al otro amarrado, porque terminarán al igual que estas aves; por eso, no se arrastren por el piso, abran sus alas y vuelen juntos en algunas partes del camino, pero libres como el viento”.

2
No hay nada más frustrante y opuesto al amor que el miedo implacable que invade, destruye y nos roba la paz interior. Es precisamente ese miedo latente al fracaso, a sentirse rechazado o no querido, el que lleva a muchas personas a estados deplorables de mendicidad, haciendo que se arrastren ante el otro. Cuando esto sucede, aquella relación se convierte en un infierno viviente, ya que esa extorsión y manipulación vienen del miedo y no del amor y hace que esa persona termine haciendo cosas que nunca quiso hacer ni decir. Por eso, cuando te sacrificas y dejas de ser lo que eres y complacer a esa persona amada, lo único que encontrarán es sufrimiento.

3
Muchas veces existe tanto miedo a levantar la cabeza y retirarse dignamente de ese campo de batalla, en el que reinan la indiferencia y el desamor, que se prefiere continuar soportando la situación, llegando a un desgaste emocional inmenso, cuando el otro, movido por la culpa y la lástima, sintiéndose extorsionado, empieza a tratar de salir de allí sin ocasionar tanto daño y sufrimiento, llevándolo a jugar ese tire y afloje compulsivo que no hace nada bien. Esto convierte tu vida en una monotonía que te quita tu espontaneidad, la capacidad de crear y disfrutar nuevas situaciones, robándote la alegría y el poder de elegir con libertad lo que quieres.”

¡Te invito entonces a disfrutar de la belleza exótica de la soledad y a no apegarte a nada ni nadie!

Psic. Carolina Fandiño G.
¡Rompiendo Cadenas, Extendiendo Alas!
¡Breaking Chains, Extending Wings!

miércoles, 10 de octubre de 2012

“Soledad constructiva” una perspectiva diferente a la de “Sentirse solos”

En cuanto escuchamos la palabra soledad, inmediatamente pensamos en fracaso o desesperanza, haciendo lo necesario para abandonar esta experiencia percibida  como nociva, llenándonos de terror que en ocasiones, contribuye a mantenernos en relaciones mal sanas o saltar de una relación a otra. Es entonces que el concepto de soledad nos ha sido propuesto como un estado a evitar y nunca enseñado como un espacio de construcción personal.
De acuerdo con la Psicoterapia Racional Emotiva de Albert Ellis, las emociones que sentimos con respecto a la soledad, no son consecuencia de los acontecimientos que vivimos o las personas con las que tratamos, sino de los pensamientos o ideas que nos formamos a propósito de esos acontecimientos.
Así pues, si cambiamos nuestros pensamientos o conceptos respecto a la soledad, cambiaremos la manera en que la asumimos, donde dejará de ser entendida como la ausencia del otro, para pasar a ser concebida como la presencia de uno mismo.
 En esta línea,  la propuesta de Gloria Mercedes Escobar en su libro Desatando el nudo (2006),  nos  presenta la soledad como un proceso constructivo y de integración con nuestro ser:
“Entre soledad y sentirse solos, la diferencia consiste en los efectos, mientras la primera es constructiva y nos ayuda permanentemente al crecimiento personal, la segunda se convierte en un obstáculo, inclusive, para vivir.
La soledad constructiva hace referencia a la capacidad de estar solo y aprovechar esta condición para estructurarse a sí mismo, conocerse y aceptarse; de esta manera la soledad no es deteriorante. Quien sabe estar solo es quien posee las mejores condiciones para estar y compartir con otros, sin la característica alienante de la dependencia o la necesidad; quien sabe disfrutar de la soledad, se responsabiliza de su propia vida, de sus necesidades y cuando llega a convivir con alguien sabe respetar los límites y los derechos y, al tiempo sabe compartir la intimidad y ofrecer buena compañía.
La persona que ha aprendido a estar sola y a disfrutarlo, yo no se sentirá sola ni siquiera en momentos difíciles; estas personas tienen capacidad para la libertad, se sientes seguras, tienen dominio del ambiente, autoestima elevada, autonomía y, en resumen, una muy buena integración del “yo”, después de haber resuelto las sombras de nuestros procesos vitales.
La soledad es una sensación íntima, propia y profunda de ser uno mismo, inherente a nuestra condición humana y en la cual sentimos, sufrimos, pensamos y decidimos; solos nacemos; solos vivimos y solos morimos.
La cultura y la educación familiar y escolar impartidas, nos hacen percibir la soledad como una condición negativa, desagradable y temerosa; nos enseñan que tiene que ver con falta de algo o de alguien, por eso buscamos compañía sin importar la calidad de la misma; establecemos relaciones inmaduras, justificadas solo por: “te amo porque te necesito” o “te amo porque me amas”. El temor a la pérdida es miedo a la soledad…
…la soledad es constructiva cuando en ella tomamos contacto personal y crecemos en lugar de llenar los vacios y resolver las sombras con el apego a personas, animales, situaciones o trabajo. Experimentar la soledad sin miedo nos ayuda a aprender a raíz de las experiencias y obtener satisfacciones, valor y confianza, respeto a sí mismo y a la vida, aumentando la capacidad de asumir riesgos.
Asumir la soledad como parte fundamental de la vida sin la cual no podemos ser sanos y productivos implica antes de ello realizar una serie de procesos personales que podemos lograr solos o acompañados por un terapeuta; algunos de ellos son:
·         Desmitificar el miedo
·         Aprender a expresar sentimientos
·         Darse cuenta del propio interior y exterior
·         Desarrollar límites
·         Auto responsabilidad
·         Identificar necesidades propias en orden de prioridad y darles solución
·        Aprovechar el tiempo libre para el ocio, la meditación, la relajación, la contemplación, el juego, los paseos
…Cuando no tememos contacto interior, tenemos poca energía  para afrontar el mundo exterior, nos volvemos más susceptibles a lo que los demás piensan de nosotros y nuestro sistema de defensas decae. Esto sólo lo podemos resolver permitiéndonos la debilidad, reconociendo nuestra vulnerabilidad y dejando de escondernos como lo hicimos hasta ahora; así podremos aprender a correr riesgos, a afirmarnos y podremos ser respetados”.
En los procesos de cambio personal se persigue cambiar lo que podemos cambiar y aceptar lo que no podemos cambiar
Psic. Carolina Fandiño G.
Psic. Denny Ortiz N.